Diario de Viena, III: Luz reflejada
Vienna Diary, III: Reflected light
El túnel tocó a su fin, como el camino seco y seguro que su única dirección marcaba.
Pocos pasos ante sí, un firmamento nacido de la lluvia, en que las farolas se sentían como lunas difusas y algún coche al pasar recordaba a una estrella caída.
El encargo estaba claro, mas no el cómo abordarlo; al menos, había escapado de esa inacción temerosa, de ese letargo dañino que es la espera, esa locura latente que resulta de toda tensión largo ha sostenida.
Ahora ya no cabían los recuerdos, los avisos, las dudas o el lastre de unos viejos sentimientos.
Ahora tenía toda una ciudad por delante.
The tunnel ended, as the dry, safe road that its only direction marked.
A few steps ahead of him, a firmament born of rain, in which street lights felt like diffuse moons and the odd car left a fallen star on its wake.
The assignment was clear, not so much how to tackle it; at least, he had escaped that dreadful inaction, that hurtful lethargy which is the wait, that latent madness which results of every tension for too long sustained.
Now there was no room for memories, warnings, doubts or the burden of old feelings.
Now he had the wide city ahead.