Diario de Viena, II: Congregación
Vienna Diary, II: Rendez-vous
¿Para qué esperar más? Cuando el mundo seguía girando, las voces pasaban de largo y ni las tan prietas manos guardaban el leve calor del denso café que un par de canciones atrás, aún le consolaba.
Ni siquiera el agua grisácea que acolchaba el suelo enlosado alcanzaría apenas a helarse esa noche; antes se escurriría, como mercurio entre dedos manchados, sin dejar otra marca tan leve como una caricia furtiva sobre la piel del amante dormido.
Para qué esperar, si los dias pasaban, las vigilias se arrastraban y las canciones terminaban.
Para qué esperar, pues, si las palabras no alcanzaban.
Why to keep waiting? When the world kept turning, the voices walked past and not even the firmly clasped hands were able to slightly warm the dense coffee that a few songs ago, still consoled him.
Not even the gray water padding the cobblestones was to freeze that night; before, it would drain as mercury between stained fingers, leaving no more trace than that of a furtive caress on the skin of a sleeping lover.
Why to keep waiting, if days passed by, wakes kept dragging and songs ended.
Why to keep waiting, then, if words were not enough anymore.